El surgimiento de nuevos Riesgos

El Cambio Climático y la Ciberseguridad

El Impacto del Cambio Climático y la Ciberseguridad en la Gestión de Riesgos

El entorno financiero global está atravesando transformaciones profundas, impulsadas por la aparición de riesgos que no están directamente ligados a los mercados financieros tradicionales, pero que tienen un impacto significativo en su estabilidad. Entre estos riesgos emergentes destacan el cambio climático y la ciberseguridad, dos factores que, aunque distintos en su naturaleza, presentan desafíos operacionales, regulatorios y reputacionales que deben ser gestionados con estrategias innovadoras y proactivas por parte de las instituciones financieras.

1. Cambio Climático: Un Riesgo Financiero en Aumento

El cambio climático ha emergido como un riesgo financiero significativo, impulsando a las instituciones financieras a tomar medidas para mitigar sus efectos en la economía. Según el Banco Central Europeo (BCE), una transición acelerada hacia una economía verde es esencial para mitigar estos efectos. De no ser así, los costos asociados a los daños físicos y económicos aumentarían, lo que impactaría la capacidad de pago de los prestatarios, elevando el riesgo de impagos y las pérdidas de valor en activos clave.

Si la transición hacia una economía baja en carbono no avanza al ritmo necesario, los bancos podrían verse expuestos a mayores riesgos de crédito, ya que la rentabilidad de las empresas y el poder adquisitivo de los hogares se verían afectados. Además, los activos en sectores dependientes de combustibles fósiles podrían perder valor debido a las regulaciones para reducir las emisiones, lo que podría generar riesgos sistémicos en el sistema financiero.

En respuesta, muchas entidades están incorporando inversiones sostenibles, como los bonos verdes y proyectos que promueven prácticas responsables con el medio ambiente. Estas inversiones no solo alinean sus estrategias con los objetivos globales del Acuerdo de París, sino que también protegen sus activos de posibles riesgos regulatorios y de mercado, proporcionando mayor estabilidad en un contexto económico y climático cada vez más incierto.

El BCE subraya la importancia de un enfoque preventivo, recomendando una gestión más activa que minimice los impactos negativos en la estabilidad financiera y acelere la transición hacia un futuro bajo en carbono. Esta perspectiva proactiva es clave para salvaguardar tanto la viabilidad de las instituciones como la resiliencia del sistema financiero global en su conjunto.

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2. Ciberseguridad: Un Riesgo en la Era Digital

En la era digital, los ciberataques se han convertido en una de las principales amenazas para las instituciones financieras. Varios incidentes recientes ilustran la gravedad de los riesgos cibernéticos en el sector. En 2024, un ataque al proveedor de software Infosys McCamish afectó al Bank of America, exponiendo los datos personales de más de 57,000 clientes. Este ataque forzó al banco a ofrecer protección contra el robo de identidad como medida de mitigación.

Asimismo, el ciberataque al Ministerio de Finanzas de Costa Rica en 2022, llevado a cabo por el grupo de ransomware Conti, interrumpió completamente las operaciones financieras del país, afectando las importaciones y exportaciones, lo que llevó al gobierno a declarar un estado de emergencia.

En México, en 2020, CI Banco y Banco Base también enfrentaron ataques cibernéticos que comprometieron sus sistemas, aunque lograron contenerlos parcialmente. Estos incidentes subrayan la necesidad de invertir en ciberseguridad, no solo mediante la implementación de tecnologías avanzadas, sino también con la capacitación continua del personal.

Estos casos refuerzan la importancia de una defensa cibernética robusta y proactiva, esencial tanto para proteger los activos financieros como para mantener la confianza de los clientes.

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Tanto el cambio climático como los riesgos cibernéticos representan amenazas sistémicas para la estabilidad financiera mundial. El Banco de Pagos Internacionales (BIS) y otros organismos reguladores han destacado que estos nuevos riesgos pueden desencadenar una crisis financiera si no se abordan de manera adecuada.

Impacto de los Nuevos Riesgos en la Estabilidad Financiera

El cambio climático y los riesgos cibernéticos representan amenazas sistémicas que pueden desencadenar una crisis financiera global si no se abordan de manera adecuada. Organismos internacionales como el Banco de Pagos Internacionales (BIS) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han advertido que estas amenazas deben gestionarse con enfoques regulatorios y de gestión de riesgos más sólidos. Esto incluye la adopción de marcos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y la implementación de estrictas regulaciones de ciberseguridad.

Los bancos que no logren integrar estos riesgos en sus estrategias de gestión corren el riesgo de enfrentar pérdidas financieras significativas, así como daños irreparables a su reputación. En cuanto al cambio climático, el incumplimiento de las normativas medioambientales puede llevar a la depreciación de activos clave y a un aumento en los costos de capital. Por otro lado, la falta de preparación ante ciberataques puede resultar en brechas de seguridad que comprometan información sensible, generando desconfianza en los clientes y posibles sanciones regulatorias.

Conclusión

Los riesgos relacionados con el cambio climático y la ciberseguridad no son desafíos que las instituciones financieras puedan ignorar. Para garantizar su estabilidad financiera a largo plazo, es fundamental que adopten un enfoque proactivo y holístico en la gestión de estos riesgos emergentes. Las instituciones que inviertan en sostenibilidad, tecnología avanzada y formación continua estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos del futuro y mantener una ventaja competitiva en un entorno financiero global cada vez más incierto.

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