Una aproximación a los Riesgos Financieros

galeria de arte

El concepto del riesgo es algo que tenemos interiorizado todas las personas desde que nacemos, está intrínseco en nuestra toma de decisiones y en cómo elegimos afrontar nuestras vidas asumiendo la incertidumbre que de por sí trae dicho concepto, quizás desde una perspectiva más conservadora o quizás más arriesgada pero siempre tratando de conocer y entender bien los riesgos que asumimos.

La realidad es que, en un primer momento, solemos asimilar el concepto de Riesgo a una incertidumbre en el sentido pesimista entendiéndolo como daños o contingencias que debemos evitar; sin embargo, el asumir un riesgo, el conocerlo, medirlo y gestionarlo nos puede llevar a obtener beneficios y oportunidades que, de otra forma, nunca serían accesibles.


El Riesgo Financiero lo definimos como la probabilidad de ocurrencia de un evento que tiene consecuencias financieras negativas para la organización. Sin embargo, este concepto debe entenderse en un sentido más amplio, incluyendo la posibilidad de que los resultados financieros puedan ser menores o mayores a los esperados. El éxito de la organización vendrá por tanto por su capacidad de gestionar los riesgos y conseguir hacerlo mejor que sus competidores.


En el mundo financiero nos enfrentamos cada día a diversos riesgos en la actividad bancaria tales como son el Riesgo de Negocio, el Riesgo de Crédito, Riesgo de Mercado, Riesgo Operacional, Riesgo de Liquidez, Riesgo Reputacional, Ciberriesgos, etc…. En definitiva, un sinfín de riesgos que las entidades financieras tienen que gestionar, y donde el valor añadido que obtengan vendrá, precisamente, por la maximización del binomio rentabilidad–riesgo, gestionando el riesgo no como una amenaza si no como una oportunidad de negocio una vez hayamos descartado aquellos riesgos en los que no queremos entrar.

Para ello, es fundamental que se conozcan bien los riesgos que se asumen, que se midan y se asigne suficiente capital para afrontar las pérdidas inesperadas, y que los riesgos asumidos estén en consonancia con el marco de apetito al riesgo que tenga la entidad así como sus objetivos estratégicos en un horizonte temporal a largo plazo.

Pero hoy nos vamos a centrar en otro tipo de riesgos, riesgos al fin y al cabo que, como anticipábamos, están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida y, por tanto, en todos los negocios. Hoy vamos a hablar de los Riesgos en el Arte, en todas sus dimensiones, lugar donde los riesgos están presentes y podrían ser equiparables a aquellos a los que se enfrentan las entidades financieras en el día a día de su gestión. Riesgos que también tendrán que ser identificados, medidos y controlados por los diferentes partícipes, de cara a obtener la máxima rentabilidad que todo negocio persigue.

Al igual que ocurre en los mercados de capitales, en el mundo del arte existen dos mercados diferenciados:

  • Mercado Primario: conocido como aquel en el que una obra de arte se pone a la venta por primera vez, siendo en su mayoría obras recién producidas.
    • Acercando este concepto al mundo financiero, el mercado primario es aquel donde se emiten valores negociables y en el que se transmiten los títulos por primera vez. Por tanto, son conceptos equivalentes.
  • Mercado Secundario: es la plataforma comercial utilizada para vender obras de arte más antiguas. Abarca todas las reventas y aquellas transacciones que implican más de un intermediario, como son las salas de subastas y las galerías.
    • De nuevo, este concepto es asimilable al mundo financiero ya que en el mercado secundario se negocia la compra-venta de valores que ya han sido emitidos en una primera oferta pública (o privada) en el mercado primario.

De los dos mercados, el que realmente tiene más movimiento de capitales y sobre el que se ha establecido toda una red de empresas e intereses es el mercado secundario, ya que es en éste donde se venden las obras de los grandes artistas consagrados (la mayoría ya fallecidos), y en el que se posicionan otros con buena trayectoria profesional que empiezan a ser conocidos gracias a la subida de pujas en subastas públicas.

A continuación buscaremos identificar, medir y controlar los riesgos en el arte a los cuales se enfrentan los actores de este mundo en cada uno de estos mercados.

Mercado Primario: ¿Cuáles son los actores en el mercado primario y qué riesgos asumen?

En el mercado primario tenemos los siguientes Actores por orden de aparición desde que se gesta una idea hasta que se transforma y vende la obra:

  • El artista
  • La galería
  • El coleccionista

Sobre el coleccionista/inversor o comprador de la obra nos centraremos más adelante ya que es partícipe activo en ambos mercados.

Como principal sujeto en el mercado primario que asume riesgos tenemos al artista: actor principal porque sin su decisión arriesgada de dedicarse a este mundo tan complejo, no existirían ni el arte ni los negocios ‘satélite’ que le rodean.

¿A qué riesgos se enfrenta el artista?


Me gustaría destacar en primer lugar el Riesgo de Negocio, entendiéndolo como el riesgo de que los flujos de ingresos sean insuficientes para cubrir los costes. En el caso del artista este riesgo es elevado dado que el artista tiene que colocar su obra como una propuesta original y trabajar en darle visibilidad en un mercado muy específico, con demanda reducida y elevada competitividad.


El artista tiene que mitigar su riesgo de negocio presentando una obra original y enfocándose en conseguir la galería más acorde a su estilo. El riesgo puede diversificarse identificando varias galerías que traten de posicionar bien su obra, aunque –a su vez– esta diversificación tiene que realizarse de forma muy selectiva y estudiada de cara a evitar el mayor riesgo: que la obra quede retenida en una galería sin venderse.

Por otro lado el artista asume otros riesgos, como el hacer frente a una inversión en un estudio, en material y en costes de producción –inversión que se recuperará únicamente si la obra se vende.

Este concepto nos lleva a otro riesgo, que es el Riesgo de Liquidez, definido como la posibilidad de no poder atender los pagos aunque se disponga de activos. En el caso del artista sus activos son sus obras pero no poseerá la liquidez suficiente para atender sus obligaciones si las obras no se venden. Adicionalmente, es importante tener en cuenta el desembolso inicial que tiene que hacer el artista para crear su obra (que suele ser elevado) y también que los artistas, normalmente, no disponen de apoyo financiero, salvo en ciertos casos de entidades públicas que les ofrecen financiación para realizar parte de sus obras (apoyo escaso o nulo desde la crisis del 2007-2009). Se puede catalogar, por tanto, el riesgo de liquidez como ‘elevado’ para el artista.

Permitidme ahora que os muestre un ejemplo que he encontrado en Internet sobre una publicación de Marta Pérez Ibáñez e Isidro López-Aparicio denominada “La actividad económica de los/las artistas en España”  (http://www.arteshoy.com/?p=10603) dónde, tras encuestar a 1.100 artistas, se desvelan tanto una falta de coleccionistas que apuesten por la inversión en arte como el hecho de que son los propios artistas los que, con su actividad y aportaciones económicas indirectas, emergen como los mayores mecenas de la actividad artística en España. ¿Es un riesgo (o no) elevado dedicarse al mundo del arte?

Otro riesgo al que se enfrenta el artista, como también ocurre en el día a día en la banca, es el Riesgo Operacional que se define como aquel que provoca pérdidas debido a errores humanos, a procesos internos inadecuados o defectuosos, a fallos en los sistemas y como consecuencia de acontecimientos externos. Este riesgo bancario también es aplicable al mundo del arte así como a cualquier otro negocio que se nos pueda ocurrir.

En el caso del arte, el riesgo operacional al que se enfrenta el artista es el derivado de eventos que puedan generar daños en su obra. Por ejemplo, los relacionados con el transporte, con la calidad de los materiales y -en general- con cualquier daño que se pueda ocasionar en la obra mientras se está produciendo.

galeria arte

¿Cómo mitiga el riesgo operacional el artista?

En general, teniendo mucho cuidado y protegiendo adecuadamente la obra, si bien -afortunadamente- hay otros factores (como el del transporte) que pueden ser transferidos a terceros. Para ello, se contratan seguros de rotura con la empresa que transporta la obra. El seguro más conocido es el denominado genéricamente ‘clavo a clavo’, donde la cobertura varía desde que se descuelga la obra en el estudio del artista hasta la llegada a la galería, permanencia en ella y vuelta al estudio del artista en el caso que no se venda. La forma de evitar daños en el transporte consiste en embalar la mercancía en cajones especiales de madera que cuentan con un revestimiento concreto que impide roturas, y en utilizar un transporte especializado.

Estrechamente ligado al riesgo de negocio, que catalogábamos anteriormente como ‘elevado’, existe el denominado y nocivo Riesgo Reputacional. Este riesgo es muy peligroso si no se gestiona adecuadamente, y se define como la dificultad que subyace ante una opinión pública negativa que haga disminuir considerablemente la capacidad para hacer negocios. En este sentido, y de cara a evitarlo, el artista debe seleccionar dónde quiere mostrar su obra y con qué galerías prefiere trabajar, evitando aquellas de perfil bajo si ya ha obtenido un reconocimiento en el mercado del arte. En este sentido, el artista ya consagrado no puede aceptar encargos que, aunque le generen liquidez, no se correspondan con la línea y la trayectoria que le definen. El objetivo es no convertir su arte en una mera mercancía, un objeto de consumo que ciertamente le genere ingresos pero con el coste de oportunidad de perder su reputación y la esencia aportadora que ha tenido hasta entonces en el mundo del arte.

Profesora de la Certificación Nemesis

Profesora de la Certificación Nemesis

Articulo escrito por Gema Broncano